domingo, 6 de abril de 2008

Se casaron


Fieles al número 4 al que la pareja considera un talismán y símbolo de buena suerte, la cantante Beyoncé y el rapero Jay-Z decidieron dar un paso más en su relación, casándose en secreto el pasado viernes (4 de abril del cuarto mes del año) en una ceremonia íntima -sólo la familia y amigos cercanos- que tuvo lugar en el apartamento que el cantante tiene en el exclusivo barrio neoyorquino de Tribeca, tal y como desvelaba ayer la edición digital de la revista «People».
La relación entre ambos artistas comenzó en el año 2002 y desde entonces han sido numerosas las especulaciones sobre su estado civil. Enlaces secretos en el Caribe y en otros lugares tan románticos como París fueron desmentidos una y otra vez por los representantes de la pareja, que, en esta ocasión, no han querido pronunciarse.

De cualquier manera, la posibilidad de una inminente boda, y esta vez de verdad, tomó cuerpo esta semana cuando diversos medios publicaron que la pareja había obtenido una licencia matrimonial válida por 60 días. Lo que venía a confirmar que Beyoncé y Jay-Z estarían dispuestos a legalizar su situación en un plazo máximo de dos meses. A partir de ahí una legión de paparazzi tomó al asalto los alrededores del domicilio de la pareja para tomar buena nota de las idas y venidas de los artistas.
Si bien no hay confirmación oficial del enlace, un amigo de la pareja ha declarado al semanario especializado en las vidas de ricos y famosos que Beyoncé y Jay-Z se casaron el viernes de noche en la residencia neoyorquina del rapero, decorada con más 50.000 orquídeas blancas importadas de Tailandia. «Jay quería que fuera realmente en privado, con los amigos cercanos y la familia», precisó el discreto amigo citado por «People». Entre los invitados se encontraban la madre de la cantante, Tina Knowles; su padre y representante, Mathew; su hermana Solange; sus compañeras en el grupo Destiny´s Child, Kelly Rowland y Michelle Williams, y su amiga Gwyneth Paltrow, acompañada por su marido, Chris Martin.

Seis años de convivencia, caracterizados por la discrección, culminan con esta boda, que les convierte en uno de los matrimonios mejor avenidos del panorama musical internacional. Ambos artistas, cada uno con su música, se encuentran entre los más exitosos en los géneros de rap y R&B, con altas ventas de discos en Estados Unidos.
Con una voz privilegiada y con unas no menos privilegiadas curvas de infarto, Beyoncé Knowles comenzó a conquistar al público desde el grupo Destiny´s Child, que la vio nacer como superestrella. Después lanzó su carrera en solitario, publicando su primer álbum, «Dangerously in Love», con el que consiguió cinco premios Grammy. La artista, nacida en Houston, en el estado de Texas, ganó también una nominación a los Globos de Oro en 2006 por su actuación en la cinta «Dreamgirls», donde daba vida a un personaje inspirado en Diana Ross. Una exitosa trayectoria cuyos ingresos le han llevado a entrar en la lista Forbes de las cantantes mejor pagadas (ocupó el quinto puesto por los más de 18 millones de euros que ganó en 2007). Por su parte, el flamante marido no se queda atrás. Además de ser una de las figuras más relevantes del hip hop en EE. UU. (hace dos años editó su álbum número once, «Kingdom come», del que se vendieron dos millones de copias), tiene un especial olfato para los negocios: sus ingresos anuales rondaron los 34 millones de dólares (casi 23 millones de euros) en 2006.
Dicho esto, ahora sólo queda esperar que lo que ha unido tan en secreto la Ley no lo separen los negocios a la vista.

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